lunes, 10 de mayo de 2010

Mi confrontación con la docencia

Empezaré platicando que me titulé de Lic. En Administración de Empresas, en el Instituto Tecnológico de Cd. Cuauhtémoc. Cuando terminé me fui a estudiar Inglés a E.U.A. esté era un sueño que tuve desde mi niñez.
Mi mamá y tías son maestras normalistas (ya jubiladas) y siempre nos platicaban de lo bonito de la profesión docente. Como algunos de mis compañeros siempre dije que yo no quería ser maestra, pero cuando regresé a mi ciudad natal (Cuauhtémoc, Chih.) no fue fácil encontrar trabajo. Se abrió la oportunidad de trabajar en el CBTis 117 de la ciudad, porque requerían maestra de inglés, me pareció sumamente interesante pues yo soy egresada de esa institución y fue volver a encontrarme con mi escuela y maestros. Aunque me moría de los nervios, además de no ser maestra normalista, la única experiencia que tenía era asesorar alumnos de vez en cuando en la materia.
Después de un tiempo me fue apasionando estar frente a grupo, ahora no cambiaria mi profesión, y soy objeto de burla de mi mamá, cuándo algo me emociona o bendigo de mi profesión y ella me recuerda que yo decía “yo no quiero ser maestra”.
Mi respuesta es; la profesión la disfruto precisamente por trabajar en el nivel medio superior, pues aunque no es lo más fácil del mundo por la edad de nuestros pupilos, siento que a la vez que enseño, aprendo mucho.
Entre las satisfacciones que puedo platicarles, es ver la emoción de alumnos cuando mi dicen, ya entiendo la mayoría de la clase, pues mi clase la imparto en inglés, o como hace tiempo que me encontré en un curso para maestros de inglés una ex-alumna que esta estudiando para ser maestra de inglés.
Por el contrario, reconozco que me causa mucha insatisfacción encontrarme con alumnos con los cuales no logro hacer que se motiven por aprender mi materia, pues inglés para muchos es una materia que les disgusta de sobremanera.

Los saberes de mis estudiantes

Soy una maestra de bachillerato que utiliza con regularidad la computadora y el Internet, hasta hace unos días pensé que tenía un nivel aceptable en cuanto al manejo de la Web, pero en una plática con mis estudiantes acerca del uso de Internet, descubrí lo mucho que saben sobre el tema, me sentí ignorante al platicar con ellos y darme cuenta, que esta generación esta mucho más avanzada que nosotros en informática, y yo soy la maestra, o eso creía.
Mis alumnos platicaron de la información que obtienen en internet; para todas sus tareas, inquietudes y hasta descubrimientos accidentales. Las mejores páginas web, los espacios de comunicación que utilizan y hasta me daban consejos de cómo crear páginas, y aspectos de seguridad que hay que tomar en cuenta. En cuanto a las redes sociales, la música, los videos y fotos en Internet se refieren, los jóvenes son expertos.
Todos coincidimos que se desaprovecha lo que se puede hacer en Internet en favor de la educación, y que juntos podríamos hacer grupos de trabajo para aprender o profundizar en ciertos temas.
Definitivamente, me siento principiante al lado de mis estudiantes, ellos pasan tantas horas frente al monitor, que saben exactamente qué hacer en cualquier tema relacionado con Internet. Yo obviamente tengo que preguntar o investigar ciertos temas.
Entusiastas, como son los estudiantes, proponen hacer trabajos en internet, donde se encuentren lecturas con hipervínculos que los lleven a profundizar en temas. Páginas sociales para estudiantes de inglés como segundo idioma (que por cierto es la materia que imparto), donde puedan practicar los conocimientos adquiridos. No faltaron los líderes, que se ofrecieron a comandar los retos.
Lamentablemente, los laboratorios de cómputo en las escuelas, esta regularmente saturado, así que los alumnos tratarán de trabajar en equipos desde sus hogares, cada vez que les sea posible.

Mi aventura de ser maestro

Este ejercicio de análisis de verdad me esta haciendo refexionar sobre mi trabajo.
Después de analizar las lecturas comprendo más la responsabilidad que todos los docentes llevamos a cuestas. Jamás se terminá de aprender y siempre se podrá mejorar el trabajo realizado.

Alguna vez una compañera y yo comentabamos sobre lo referente al que enseña, aprende; como lo cita Paulo Freire. Pues las dos impartiamos la materia de inglés y a pesar de hablar el idioma, después de estudiar y preparar una clase como Dios manda, aprendes tanto y analizas cosas con tal detenimiento que es cuando te das cuenta lo que te falta por saber. También analizo lo que he aprendido con el paso del tiempo, y todos los errores que he cometido, que estoy cometiendo y quiero corregir.

El autoritarismo me preocupa, yo no se muy bien donde queda la linea entre extricto y autoritario, cuándo inicie como docente mis primeros grupos fueron de electromecanica, me sentía chiquita en el salón y lo disimulaba dando ordenes al por mayor. Después comprendí que no era la mejor técnica para lograr la disciplina.

Gracias a Dios estoy convencida de mi vocación y después de todo lo analizado me siento satisfecha del resultado pero también me siento como en los primeros días de mi docencia con interrogantes que deseo resolver.